"Uno cree saber lo que busca, pero sólo al final, cuando lo encuentra, comprende realmente qué andaba buscando. Y bien podría ser que lo que rige el destino del hombre no sea Cristo ni Júpiter ni alá ni Moloch sino Pachacámac,el dios de los avances hacia ninguna parte, el dios de la sabiduría que llega un día después del fracaso."(El país de la Canela, William Ospina)
Desde la primera vez que leí a William Ospina en Auroras de Sangre, he seguido con atención todos sus libros hoy es uno de mis autores preferidos. En El País de la Canela he encontrado además de la narración de la novela que recrea el primer encuentro del antiguo mundo con el río Amazonas y las selvas que lo enmarcan, una profundidad mayor en los sentimientos de sus protagonistas. En Ursúa, su novela anterior, las reales aventuras de sus personajes, son fascinantes, pero me pareció que los personajes estaban un poco "desalmados", pero en esta novela los sentimientos de los personajes son contados al lector y eso hace mas cercana y mas humana la historia.
Como siempre el relato es finamente detallado y la historia es contada en forma muy amena. después de haber leído otra parte de nuestra conquista a través de las Narraciones noveladas o no, que hace este escritor, cada día conozco mas mi continente actual, mis países actuales y nuestra situación frente al resto del mundo, que por un complejo de "subdesarrollo" no hemos sabido ubicar. Nuestra importancia en el contexto del mundo es muchísimo mas grande que la que hemos venido adoptando históricamente. El mundo cambió cuando fuimos descubiertos, ellos nos encontraron...a la otra mitad del mundo y desde entonces Europa y Asia se han venido rejuveneciendo a través nuestro como hacen los hijos con los padres. Deberían estar agradecidos de los beneficios que les damos con nuestra "juventud".